Txakoli Galanta.




Christian y Josu nos reciben en la bodega, ubicada en Galdakao.

Los viñedos están situados alrededor de la bodega y crecen en lo que antiguamente eran huertas y un campo de tiro perteneciente a la fábrica Explosivos Río Tinto.






Todas las has. están valladas, las primeras viñas fueron plantadas en 2011. 

Las ovejas desbrozan durante el invierno y además, abonan el viñedo. 

La idea es ser lo más natural posible. 





Se empezó un proyecto con ozono, funcionó de maravilla, muy efectivo hasta la floración, pero a día de hoy su uso ha quedado en estudio para su mejora.

Lekubaso, una pequeña presa cercana a los viñedos, provoca la bruma de la mañana, la natural y otra la que se forma por su humedad, de ahí vienen parte de los problemas (hongos, mildiu).

La maquinaria, los atomizadores … aún no están desarrollados para lo que de verdad necesita el viñedo en cuanto a la idea inicial de trabajar con ozono.





La bodega cuenta con 12 has todo en hondarrabi zuri alrededor de la bodega, 1 ha. en parral (los orígenes del txakoli). 

Antiguamente en el País Vasco, como en Galicia, todo era parral y según Christian, la producción va mejor que en espaldera, de hecho se va ir transformando todo el viñedo a este sistema, mucho mejor para controlar el mildiu por el tema de la aireación. 

El trabajo en viñedo es muy importante, la masa foliar, las podas, tratamientos, ... el trabajo que requiere el viñedo en invierno, verano, primavera y otoño para que el racimo esté en su mejor estado.





Christian es un defensor de esta manera de trabajar: El Parral


 Cantidad y calidad 


Tópicos que es capaz de desmontar uno a uno desde la convicción de quien lleva trabajando a pie de viñedo durante más de 20 años.

La espaldera frena el aire de una fila a otra y se crea más efecto invernadero. Con parral la aireación fluye.

Con el sistema de parral, la tradición funciona mucho mejor, argumento que defiende con rotundidad.




La hondarrabi zuri es una variedad muy vegetativa y muy vigorosa. Cuanto más alta esté y más vigor desarrolle, da mucha mejor fruta, de mayor calidad, dentro de los límites que marca la D.O. en cuanto a producción Kg/ha. (alrededor de 11.500 kilos por hectárea actualmente en Bizkaia). 

El marco de plantación también es un tema que trabajan para mejorar el rendimiento.

Por hectárea tienen pensado producir en parral alrededor de 11.000 kilos de calidad.




Sala de depósitos limpia como la patena. 




Christian nos enseñó cómo los depósitos hacen su propia función en el ensamblaje y nos mostró cómo su capacidad puede influir en el gusto y percepción del vino.

Escuela de vino !





Catamos añada 2020 en tres depósitos diferentes. 
Mismo vino, sensaciones diferentes.

Txakoli con nariz varietal, manzana y pera conferencia, hierba recién cortada y notas tropicales, piña y plátano. Final levemente salino, mineral. 

(Una gozada catar junto a Jonan e Ira ...)

En boca se nota el trabajo en lías, tiene cuerpo, es estructurado pero sin excesos, fresco. 
Quizás echamos de menos un poco más de recorrido y de pegada que no dudamos alcanzará con su crianza en botella, pues este txakoli apunta alto y tiene maneras.

Esperamos su positiva evolución en los siguientes años y añadas. 





Maquinaria de calidad preparada para facilitar el trabajo.








El txoko es una gozada. 
Amplio, diáfano, con vistas al viñedo, luminoso ...







La añada 2019 lleva una producción con ozono.

Este txakoli no está destinado a la distribución masiva, sino a restaurantes y lugares que lo sepan apreciar.

Hoy en día se elabora un único txakoli con crianza en lías, pero a corto plazo la idea de la bodega es contar con tres tipos de vino:

  •         Crianza en lías limitada a 1000 ó 2000 botellas.
  •         Un txakoli blanco de mayor producción.
  •         Un rosado de hondarrabi beltza.
















Eskerrik asko Christian, Josu y todo el equipo de Galanta !!!


Muy buena experiencia


Hasta la próxima




Hemeroteca 




Txakoli con apuesta ecológica

LOS TXAKOLIS VASCOS SE SITÚAN EN LA CÚSPIDE VINÍCOLA.
BEREZ-GALANTA SE SUMARÁ EN ENERO DE 2020 A ESE OLIMPO

POR NEKANE LAUZIRIKA FOTOGRAFÍA BORJA GUERRERO



DICE la leyenda que fue Noé el primer viticultor, consiguiendo lógicamente su vino de modo artesanal y muy ecológico, sin pesticidas, fungicidas ni abonos minerales sintéticos..., pero probablemente con un resultado final poco atractivo.

Al galdakoztarra Josu Urrutikoetxea, asesorado por el técnico Cristian Sorreluz, les atrae como a Noé ese punto eco para su viñedo, pero de sus artes vitivinícolas esperan un caldo final de calidad, un txakoli con frescura, un "Galanta" con el atractivo organoléctico de excelencia que enamore al degustador.

Su viñedo, en las laderas más soleadas de Galdakao, a 350 metros de altitud (quizás sea el más alto de Bizkaia) ocupa 12 hectáreas en una finca de 23 que rodea totalmente a la bodega, lo que facilita las labores.

La viña tiene ya ocho años y está en un momento óptimo para dar un salto de calidad, en opinión del técnico que lleva el proyecto para la elaboración del txakoli de la bodega Berez-Galanta

La finca pertenece al conocido grupo Ugaren, que posee la constructura Vusa, entre otras muchas inversiones, y al cumplir los cien años de actividad en su cuarta generación familiar desean diversificar la acción empresarial hacia la viña, "pero no hacia una viña más donde se busque la cantidad, no; lo que tratamos de conseguir es excelencia, que cuando se beba txakoli Galanta se reconozca por su calidad", explica Cristian, asentido por Josu, director de la bodega, su sobrino Josu e Iker, integrantes del equipo.

Está claro que premios como el obtenido hace poco por Eneko Atxa al mejor vino blanco del mundo está poniendo los txakolis vascos, y concretamente el de Bizkaia, en la cúspide vinícola. Por esto el reto que se plantean en Galanta tiene su enjundia, "partiendo de esta situación de prestigio queremos aportar nuestro txakoli de manera específica; y la clave diferencial la queremos marcar en el tratamiento ecológico de todos los procesos.

 Posiblemente la cosecha de este año ronde los 30.000 kilos, que podrían estar en el mercado entre enero y febrero del año que viene. Pero esta cantidad que fácilmente podremos aumentar varias veces no es la meta, sino el reto".

Un reto al que se quieren enfrentar trabajando el suelo con técnicas eco sin pesticidas, sin fungicidas ni abonos minerales, sino con formas tradicionales de tratamiento, pero utilizando en el laboreo la ozonización, una técnica empleada en viñedos en otros lugares, pero novedosa en Bizkaia y en la aplicación al txakoli. 

"El ozono es una forma alotrópica (tres átomos de oxígeno) que se forma, por ejemplo, durante las tormentas dejando un olor muy característico. Para obtenerlo utilizarán una máquina que en medio acuoso une oxígenos con descargas eléctricas; esta agua ozonizado se puede luego esparcir por la plantación, en las cepas. 

El ozono es un potente fitosanitario, insecticida y fungicida eficaz, que además no deja rastro de contaminación ni residuos secundarios, pues su único subproducto al descomponerse es el O2 que es bueno para el viñedo. Resulta algo totalmente ecológico y equilibrado medioambientalmente", explica Cristian con el asentimiento de Josu.

Pero además de usarlo en el riesgo y en el tratamiento de hongos, bacterias y virus en el suelo y en las cepas, el ozono se emplea también en la desinfección de la bodega, en la limpieza de cubas y en la higienización global. "

Por ahora somos los únicos que en la zona tratamos con ozono y con métodos orgánicos respetuosos con el medio ambiente. Con este planteamiento nuestro objetivo es obtener un producto final de calidad, que sea referente no solo por la etiqueta o el diseño estético de la botella, sino sobre todo por la excelencia del producto final, un txakoli de Galdakao", dicen.

Si el ozono trabaja bien, a poco que el tiempo acompañe con lluvia justa y sol en armoniosa conjunción, esperamos catar pronto el txakoli Galanta. La cita, enero 2020.







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